viernes, 14 de febrero de 2014

¿Dónde encontrarás la felicidad…?

En cierta ocasión, se reunieron todos los Dioses y decidieron crear al hombre y la mujer, y planearon hacerlo a su imagen y semejanza.

Entonces uno de ellos dijo:

- Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra…, debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, ya que, de no ser así, estaremos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero…, ¿qué les quitamos?

Después de mucho pensar otro dijo:

- ¡Ya sé, vamos a quitarles la felicidad!..., pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren jamás.

Propuso el primero:

-Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo, a lo que inmediatamente repuso otro:

- No, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está.

Luego propuso otro:

- Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar, y otro contestó:

- No, recuerda que les dimos inteligencia, alguna vez alguien va construir un equipo con el que puedan respirar, bajarán hasta el fondo y entonces la encontrarán.

Uno más dijo:

- Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra. Y le dijeron:

- No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros.

El último de ellos, que era un Dios que había permanecido en silencio, escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo:

- Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren...

Todos giraron asombrados y preguntaron al unísono:

- ¿Dónde?

- La esconderemos dentro de ellos mismos…, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así:


“Las personas se pasan la vida buscando la felicidad sin saber que la traen consigo...”

martes, 4 de febrero de 2014

¿Por qué gritan las personas?

Un día, un gran maestro preguntó a sus discípulos lo siguiente: ¿por qué las personas se gritan cuando están enojadas?

Los discípulos pensaron unos momentos:

Porque perdemos la calma -dijo uno-, por eso gritamos.

Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? preguntó el gran maestro.

¿No es posible hablarle en voz baja?, ¿por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los discípulos dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al gran maestro...

Finalmente él explicó:

Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.

Luego el gran maestro preguntó:

¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?

Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente…

¿Por qué?

Porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña. El gran maestro continuó:

Y cuando se enamoran aún más, ¿qué sucede?, no hablan, sólo susurran y se acercan más en su amor.

Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo.

Así es ¡lo cerca que están dos personas cuando se aman!

Finalmente el gran maestro dijo:


Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, porque llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso…