La importancia de nuestro estado en la consecución de nuestros objetivos
Como cierre a esta “trilogía”, sobre los objetivos y su valor para conseguir una vida repleta de oportunidades y desarrollo personal, quisiera finalizar hablando sobre la importancia de los estados neurofisiológicos en nuestra vida y por tanto en la consecución de nuestros objetivos.
Nuestro estado neurofisiológico, tradicionalmente llamado estado emocional (emociones) ó estado de ánimo, es el centro neurálgico desde donde gira a su alrededor, todo lo que nos ocurre en nuestra vida: éxitos – fracasos, alegrías – tristezas, seguridades – inseguridades, confianza – desconfianza…
Todo en nuestra vida depende de nuestro estado, es decir, si nos comportamos de una forma determinada, digamos por ejemplo de modo inseguro, en cualquier ámbito de nuestra vida, este comportamiento estará directamente relacionado con nuestro estado, por tanto, se deberá a que estamos bajo un estado de inseguridad ó cualquier otro estado negativo relacionado con éste: desconfianza, perdida de autoestima, celos…
Lo mismo ocurre con los estados positivos, sin nos comportamos de forma segura y siendo dueños de nuestras acciones y decisiones, se debe a que estamos bajo un estado de seguridad interior u otros similares como: confianza, fe, autoestima...
Por tanto, debemos esforzarnos por controlar nuestro estado, es decir, conseguir estar y mantenernos en estado positivo y evitar estar en estado negativo. Los estados positivos nos potencian y liberan fuentes inagotables de poder personal y recursos; mientras que los estados negativos nos paralizan y nos dejan totalmente impotentes y faltos de recursos.
Los estados negativos son altamente destructivos, pensemos por ejemplo en los celos, y lo que somos capaces de hacer bajo ese estado, tanto daño y tanto dolor, sólo basta ojear las noticias para descubrir tanta violencia, tantas muertes provocadas por un estado determinado: “los celos”.
Por error, solemos definir a las personas según sus estados, decimos que este ó el otro es por ejemplo celoso, cuando en realidad no “son” celosos, lo que ocurre es que “están bajo un estado de celos”, estado que se manifiesta -en la mayor parte de los casos- debido a sus experiencias anteriores (lo que han vivido en su entorno familiar o en sus ámbitos sociales), sus referentes (sistemas de creencias) y su fisiología en ese momento determinado.
Con nuestros objetivos ocurre igual que con cualquier otro ámbito de nuestra vida, si mantenemos una actitud mental positiva y sobre todo nos cuidamos de flirtear con estados negativos, manteniendo de forma consciente estados positivos como la confianza, la seguridad interior, la fe, el amor, la ilusión…, nuestras posibilidades de alcanzar cualquier reto que nos propongamos es inmensamente mayor que bajo estados negativos.
Te animo a que comiences hoy mismo a mantenerte bajo estados positivos y a no desfallecer ni dejarte influir por estados negativos, recuerda que una de las claves sobre el control de nuestro estado está en la actitud mental positiva y en generar hábitos positivos que te ayuden a sentirte bien contigo y con los demás, así mejorarás tu vida y alcanzarás todos tus objetivos…
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