Hace ya algunos años, ocurrieron en mi vida diversas situaciones “negativas”, que si bien no eran individualmente extraordinarias en cuanto a su efecto negativo, si lo era el hecho de que sucedieran todas a la vez, en la misma época o momento. Eran tantas las dificultades, que me hicieron pensar que todo iba mal y parecía que no estaba en mi mano solucionarlo, es decir, la situación llegó a un punto en que me desbordó totalmente.
Como les decía, coincidieron así en mi vida problemas físicas con dolores que me obligaban a estar en reposo y en cama durante semanas enteras, problemas profesionales pues mis responsabilidades eran cuestionadas y finalmente modificadas, problemas económicos ya que mis ingresos se vieron seriamente afectados, y además problemas de autoestima con una gran pérdida de confianza en mis posibilidades, llegando a cuestionarme mi escala de valores e incluso el sentido de mi vida.
Esta situación tan dramática y aparentemente lejana, se da con más frecuencia de lo deseable a lo largo de nuestras vidas y es más común de lo que a primera vista parece. ¿Quién no ha tenido momentos de máxima dificultad en su vida debido a que los problemas parecen que en lugar de solucionarse, crecen…?
En muchas ocasiones “la vida nos pone a prueba”, apareciendo los problemas por todos lados y encontrándolos por todos sitios -en cualquier ámbito de nuestra vida-, incluso en aquellos aspectos donde aparentemente nuestra vida la teníamos totalmente controlada.
En un momento así, ¿qué podemos hacer para salir airosos de tanta situación negativa? ¿Cómo podemos enfrentarnos a tantas dificultades con expectativas de éxito? ¿Cuáles son las armas con las que contamos para tan dura batalla?…
Las respuestas a tantas preguntas se encuentran muy cerca, no hace falta mirar hacia fuera, las circunstancias externas no nos darán las respuestas, la solución la tenemos en nosotros mismos, la respuesta está en nuestro “poder personal”.
Pero ocurre, que nuestras capacidades y potencialidades, son verdaderas desconocidas para la gran mayoría de nosotros. Así es, vivimos de espaldas a las cualidades naturales con la que nacemos y por ese motivo somos incapaces de desarrollarlas.
Las personas verdaderamente extraordinarias son aquellas que han sabido desarrollar las cualidades ordinarias de forma extraordinaria. Como ven, hay una igualdad que no debemos olvidar: “persona extraordinaria = cualidades extraordinarias”.
Algunas de esas cualidades -que nos ayudarán a superar las dificultades- son: la capacidad de soñar y de imaginar, la capacidad de recuperarse de los fracasos, la capacidad de pasar a la acción, la capacidad de mantener siempre vivo el entusiasmo y una actitud mental positiva…
Si utilizamos “conscientemente” nuestras cualidades, nuestras capacidades, con todos los problemas y reveses que nos surgen en nuestra vida, estaremos en ventaja y superaremos todos los obstáculos, si además, controlamos nuestro estado emocional y lo mantenemos en positivo, les confirmo que conseguirán todo lo que se propongan…
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