lunes, 4 de febrero de 2013

La felicidad es el camino


Nos convencemos de que la vida será mejor después de cumplir los 18 años, después de encontrar pareja, después de conseguir un mejor trabajo, después de tener un hijo, después de tener otro...

Entonces, nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente mayores, y pensamos que nos sentiremos felices cuando lo sean. Después, nos lamentamos porque son adolescentes difíciles de tratar; ciertamente, nos sentiremos más felices cuando salgan de esa etapa.

Nos decimos que nuestra vida será completa cuando a nuestra pareja le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche o una mejor casa, cuando podamos ir de vacaciones, cuando estemos jubilados…

La verdad es que no hay mejor momento que éste para ser felices. Si no es ahora, ¿cuándo?

Una de mis frases favoritas es de Alfred de Souza:

“Por largo tiempo parecía para mí que la vida estaba a punto de comenzar, la vida de verdad. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar; entonces la vida comenzaría. Hasta que me di cuenta de que estos obstáculos eran mi vida”.

Esta perspectiva me ha ayudado a ver que no hay camino a la felicidad: la felicidad es el camino.

Debemos atesorar cada momento, mucho más cuando lo compartimos con alguien especial, y recordar que el tiempo no espera a nadie.

No esperes hasta terminar los estudios, hasta retomar los estudios, hasta bajar diez kilos, hasta tener hijos, hasta que tus hijos vayan a la escuela, hasta que te cases, hasta que te divorcies, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que mueras, para aprender que no hay mejor momento que éste para ser feliz.

“La felicidad es un trayecto, no un destino”

Trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido y baila como si nadie te estuviera viendo…

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