miércoles, 24 de julio de 2013

El poder de las palabras

Aún recuerdo el día, ya hace algunos años, que descubrí la enorme importancia que tiene en nuestra vida la manera en que nos comunicamos, tanto con otras personas como con nosotros mismos.

Esa manera o estilo que cada uno tenemos, marca la diferencia entre: conectar o no conectar con otras personas y también, conectar o no con nosotros, con nuestro sistema de creencias.

Las palabras son el vehículo, el medio, para conseguir esa comunicación, para conseguir acertar en trasladar nuestras ideas y alcanzar el objetivo de hacernos entender, de llegar, de conectar…

Es posible que con la comunicación externa, es decir, cuando hablamos e intentamos conectar con otras personas, tengamos en cuenta este aspecto, no siempre pero seguramente en alguna ocasión, se nos pase por la cabeza utilizar concretamente determinadas palabras: para no hacer daño, para quitar hierro al asunto, para llamar la atención, para convencer, para animar, para motivar, etc.

Pero, ¿y qué pasa con nuestra comunicación interna?, ¿qué pasa cuando se pone en marcha nuestro diálogo interno, ese diálogo que siempre está presente, que no para y que nos capacita o nos limita, dependiendo de lo que nos digamos y cómo lo digamos…?

Cuando se trata de nuestro diálogo interno, las palabras que utilizamos, nos pueden ayudar a convencernos, a fortalecernos y a conseguir los estados capacitadores necesarios para afrontar los retos diarios en nuestra vida…

Seguro que en alguna ocasión les ha tocado animar y crearle entusiasmo a alguien querido y cercano: hijos, hermanos, amigos, pareja, compañeros de trabajo…, para ayudarlos a superar alguna dificultad o a enfrentarse con algún reto importante, para ello habrán recurrido a frases del tipo: ¡confío en ti¡, ¡tú puedes¡, ¡eso no es nada para ti¡, ¡a por ello¡, ¡yo creo en ti¡, ¡lo vas a conseguir¡…, el poder de estas palabras unidas al entusiasmo y convicción con que las dices tienen un efecto motivador y multiplicador de capacidades en esas personas a las que van dirigidas, seguro que han vivido esa experiencia tan gratificante, ¿verdad?

Sí, así es, indiscutiblemente el poder de determinadas palabras expresadas de una manera totalmente convincente, es increíble y el efecto que tiene en las personas a las que van dirigidas es poderosísimo…

Las palabras adecuadas y un poder de convicción alto, obran verdaderos milagros en los demás, y más importante aún, a través de nuestro diálogo interno en nosotros, en nuestro sistema de creencia y en nuestro estado emocional, este milagro está en tus manos…, está en utilizar el poder de las palabras…


“Nos creemos lo que nos decimos a menudo”, sea lo que sea, comunícate habitualmente de manera positiva, utiliza las palabras adecuadas, aquellas que te motiven, que te ayuden…, hazlo de manera convincente y te lo creerás, así de sencillo, pruébalo…, verás que todo cambia cuando cambias la forma en que te comunicas…

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